sábado, 18 de febrero de 2012

De Unpoliteland capital


En entradas anteriores de theredstringofate: La importancia de no olvidar de donde se viene y cómo aunque viajemos o vivamos en otro lugar, tenemos cierta responsabilidad para con nuestro país.  Ser conscientes de que si todos los jóvenes del país escapamos para no volver, no habrá nadie para tirar del carro.

No puedo evitarlo. Canto continuamente, me encanta el sarcasmo y la exageración, muevo las manos sin parar (lo que hace que a veces derribe los objetos que me rodean) y cuando puedo, bailo. Bailo en la calle, bailo en la oficina, por los pasillos. Levanto la voz y río de manera estridente, y no tengo problemas a la hora de masticar y hablar al mismo tiempo. A base de pequeños choques he empezado a darme cuenta de que no todo el mundo comparte esta manera de vivir, y que no todo el mundo tiene por qué entender mis acciones de la misma manera que las entiendo yo. Vamos, que hay gente que piensa que mi sitio no es Graz sino alguna institución mental lejos de la civilización o que quizás debería volver a unpoliteland, donde seguramente me crié.

Es interesante como en un contexto intercultural, cada persona interpreta una idea o una acción de manera diferente.

El alemán es un idioma complicado, y aunque aún no lo conozco bien, se que en ocasiones la estructura causa problemas. Hace poco recordé lo que sufrían los estudiantes de interpretación de alemán pues no tenían otra que esperar a que el interlocutor acabase la frase para poder entender lo que quería decir. En una de mis ralladuras idiomáticas, me he dado cuenta de que esto se refleja, de alguna manera, en su manera de expresarse en otros idiomas.

Si algunos españoles tuviéramos que vernos forzados a hacer lo mismo de repente, yo creo que moriríamos de un ataque de ansiedad. ¿Puede haber algo que me guste más que interrumpir? ¿o el placer de no tener que acabar una frase para que se entienda perfectamente lo que quieres decir?

Os podéis imaginar entonces cual es uno de mis primeros choques culturales. Este pequeño detalle cambia toda la situación comunicativa entre una persona cuya lengua materna es el alemán y un hispanohablante, por ejemplo. Hay toda una concepción del mundo detrás del idioma, y creo que no solo afecta a nuestra visión del mundo, sino a nuestro lenguaje corporal, al sentido del humor y en última estancia a la manera en la que nos relacionamos. Situaciones que lo ejemplifican:

  •           El austriaco que crees que liga contigo te propone “una clase de idiomas”… y se planta en la cita con libros, cuadernos de ejercicios y libreta.
  •          El finlandés que, tras una broma extremadamente trabajada en tu segundo idioma, te mira inexpresivo y dice “¡Si me estoy riendo!”
  •           La alemana que te explica, preocupada “A veces, tener las piernas tan largas es un fastidio”
  •          El francés que le dice al casero, mientras este le enseña la casa “Este sitio está en terribles condiciones; no me gustaría vivir aquí”

No voy a caer en estereotipos ni niego que el carácter de cada persona también pueda conducir a estas situaciones (vamos, espero que la gente no piense que lo de cantar como los locos es muy de españoles), pero ¿qué porcentaje de coincidencias existe entre dos personas de la misma nacionalidad y su manera de actuar?

En cualquier caso, conocer las diferentes culturas con las que se trata puede facilitar el proceso. Es muy útil saber, por ejemplo, que a un árabe no le resulta para nada incómodo que le pregunten sobre su estado civil en un primer intercambio comunicativo porque para él es costumbre, o que cuando un estadounidense se cruza contigo y te saluda con un “Hello, how are you?” sin dejar de caminar, lo último que espera es que le pares y le cuentes lo de la fiesta de anoche o lo de tu dolor de espalda.

Por eso creo que para ser un buen comunicador o mediador no basta con conocer una lengua, sino que también hay que tener cierta habilidad para llegar a un punto medio entre las culturas.
Conclusión: La próxima vez que vea vergüenza ajena en los ojos de mi interlocutor, le diré que vaya y se busque a un mediador intercultural J