En entradas anteriores
de redstringofate: os cuento sobre mi pequeño flechazo secreto con un cortijero
austriaco y de mi xenofilia , de la inutilidad de los diccionarios en papel y
mis impresiones finales sobre mi experiencia en Austria (positivas, mayormente).
Bueno. Hoy he
pensado que ya está bien de publicar ñoñerías en facebook. Aprovechemos la
inyección de romanticismo y energía que me da esta luna azul para actualizar el
blog de una vez por todas, ¡vamos digo yo!
Pues ya hemos
llegao. Al pegajoso Agosto almeriense. A calores, fatigas y satisfacciones campamenteras. A pasar frío con el aire en casa. A
comer hasta que te duele la barriguita y beber hasta que te rebosan la cerveza y
el tinto por las orejas en la feria. A
escuchar grandes temazos como este, en la caseta, en el pub, en tu casa, en la
calle, debajo del agua y en sueños:
(y ver con pena
negra en el corazón el número de visitas)
Vuelta al llegar cuando
despunta el alba y al baño zapillero tonificante de madrugada (este último es
un nuevo descubrimiento). A buscar sin cesar toda clase de cosas que te llevan
a otras cosas que a su vez te llevan a otra página de otro país…hasta que te acuestas
mareado y sabiéndote Internet de memoria. A estudiarte internet. A escribir
cartas de motivación que producen arcadas. A los brazos de mami, las atenciones
de papi y la graciosa rutina de hermanos, niños y perros. Y claro está, vuelta
a la limosna familiar… L
Y una cosa os
digo, ¡no nos damos cuenta de la suerte que tenemos! Ayer mis padres se
peleaban por un clásico caso de olvidodepandehamburguesaencarroajeno
y yo pensaba, mientras me comía la hamburguesa con pan congelado del siglo
pasado, como un sabio me dijo un día: “¡Que to’lo malo sea esto…!”. Me acuerdo
que cuando daba clases de español en Níjar, algunos de mis alumnos, los más
quemados con su situación entre los plásticos me decían llenos de resquemor: “Tú
qué sabe. Tú ere español, tú tiene casa, padre, trabajo”. Y yo pensaba “uy,
casi haces pleno”. Pero con todo y con eso, soy consciente de que no todo el
mundo tiene la suerte de poder ser aceptado de vuelta en casa con el rabo entre
las piernas, sin dinero ni fecha de salida concreta. Y no todo el mundo es
capaz de hacerlo y vivir para contarlo…
Así que como
heroína que soy, lo grito a los cuatro vientos: Yo he vuelto a casa (más
de una vez).
Cierto es que hay
días en que me oprimen las paredes estas del edificio Guial número 13 y se me
hace un nudo en el estómago y tengo que recurrir a las galletas de emergencia
(estas veces son las menos, no preocuparse). Pero ya he descubierto que no es
ninguna alergia a este nuestro querido país, sino la ansiedad y el abismo de no tener un plan.
Pues bien, hoy
por hoy tengo el orgullo y la satisfacción de comunicaros a todos que por
primera vez en unos cuantos meses no sólo tengo un plan A, sino también un plan
B y si me aprietas un plan C.
...pero si os lo
contara todo, ¿qué dejaría para el final? ;)