En entradas anteriores de redstringofate: Me pusieron una multa. Increíble pero cierto. En la entrada os cuento cuál es el precio de conducir al coche fantástico y cómo hay que procurar caerle bien, porque si no se corre el riesgo de que nos tome manía y decida no avisarnos cuando aparcamos en zona azul. Anyway, que la multa no me dejan pagarla. He entrado en el bucle infinito de ir al centro social de mi barrio, hacer cola durante media hora, que busquen la multa y que no esté registrada. Y vuelta a empezar. Pues nada, peor para ellos. Tendré que vagar como alma en pena hasta que me dejen cumplir mi condena. En fín, cambiando de tercio...
¡Chan chachachán!
¡El plan A salió adelante!
Buenos días. Nos encontramos en Comillas, Cantabria,
retrasmitiendo en directo. La temperatura exterior es de 14 grados (la interior
no os la digo para que no os de la risa, pero ya os la comenta Pingu cuando salga
del iglú en el que se ha instalado debajo de mi cama), el cielo está despejado y
la humedad que me recorre los huesos es de un 94% (la sirenita me ha dicho que en el mar se moja menos).
Hasta aquí el tiempo. Vamos con el lugar:
Esta nuestra villa de “Comillas”, de 2500 habitantes, de los que 2000 no se
encuentran en sus casas en estos momentos y 500 se dedican a la hostelería, es una
preciosa localidad cántabra con más gracias que el chiste oculto en su propio
nombre.
Aquí es donde 24 alumnos y una servidora pasaremos el curso con el firme
objetivo de llegar a ser profes de español como lengua extranjera y a ser posible además de tener un
papelito que lo demuestre. Estudiaremos en el Hogwarts comillano (porque nosotros lo valemos) que se encuentra
situado en el cerro más alto del pueblo, y que parece puesto allí por un
marqués que un día le dijo a un amigo:
Mira, corre, ¡sube!
¿pero pa’ qué?¡ Me tienes matao!
Sube hombre, vas a ver.
¿Qué hay que ver?
Pues que desde aquí...se ve mi casa.(badúm tsssss)
Curiosidades:
Posibles salidas profesionales
Sobadas. A mano.
Sublime primor.